lunes, 14 de septiembre de 2009

reflexiones



Los proyectos  artísticos que por iniciativa propia se perfilan como alternativa cultural en regiones donde se hace evidente una constante  escasez de recursos culturales , actividades y vinculación son, en si mismos, necesarios y de vital trascendencia en la generación de mecanismos de  participación  entre distintos actores de la sociedad;  en suma cuando esta se encuentra ante una inminente erosión del estrato cultural; ya sea esta originada por la falta de interés de los gobiernos en todos sus niveles o por la creciente tendencia a generar procesos de aculturación “improvisada” por modelos cada vez mas alejados de una realidad existente; la generación de alternativas que permitan la participación activa de la cultura local como una herramienta de comunicación y de representación de la identidad colectiva son siempre un oasis en medio del desierto; en el caso particular de mi participación en el proyecto del CPAC, la emergencia en el sitio  se materializa en la constante transformación del tejido social y urbano que , ante la transfiguración de sus caracteres históricos , se encuentran en peligro de caer en la cotidianidad y la desmemoria ,generando una ausencia critica del  individuo socialmente activo.

Creo que la importancia radica desde un principio en la intención, pues no es necesario abordar el tema del subdesarrollo y el margen de desigualdad que se manifiesta en el circuito cultural y artístico, cada vez mas ajeno a una realidad social concreta y en creciente exaltación de una frivolidad cada vez mas constante entre un “mercado” que se impone como cultura.

Es por ello que, ante todo, la participación cada vez mas horizontal de todos los circuitos que componen estos organismos llamados “iniciativas culturales” ,”colectivos”,”asociaciones civiles” curadores, artistas ,criticos, gobiernos y medios de difusión deben mantener como una necesidad básica la constante retroalimentación por medio del dialogo y la participación, pues antes que el objeto predomine sobre el sujeto se debe activar el espacio de participación,  aun sin una economía  de estatus , que al final, direcciona los esfuerzos al coleccionismo y no a la difusión y su libre acceso.

Tlalnepantla recibe esta iniciativa como una semilla que se espera germine en nuevos brotes de actividad cultural que permitan una reintegración de aquellos a los que llamamos “publico”,  sin olvidar que, ante todo, la cultura es una manifestación del individuo social, y no una piedra preciosa  extraída de las minas del deseo lista para ser exhibida en el museo del olvido y a la venta en las galerias del recuerdo.




CPAC-Lugar en medio  / antimuseo
realización : Mario Acha 
























































-

1 comentario: